BIBLIOTECA VIRTUAL

Centro Centroamericano de Población

El rápido descenso de la fecundidad en Costa Rica

Autor: Gómez Barrantes, Miguel

Resumen

Miguel Gómez Barrantes es profesor emérito de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica con estudios de postgrado en demografía en CELADE, Santiago de Chile, y de sociología y muestreo en la Universidad de Michigan, donde fue discípulo favorito de posiblemente el muestrista más importante que ha existido en la ciencias sociales: el Profesor Leslie Kish. Pero Miguel es más que estos títulos. Es el maestro y mentor de prácticamente todos los estadísticos, muestristas, encuestadores (en el sentido de pollsters), politólogos y opinionólogos cuantitativos de Costa Rica. Y también de los demógrafos. Una época de la vida profesional de Miguel, hace como 40 años, estuvo dedicada a la investigación demográfica, en particular, al estudio de la fecundidad en el país. En 1964, por ejemplo, Miguel dirigió la primera encuesta científica poblacional que se atrevió a preguntar a una muestra de 2.000 mujeres josefinas intimidades de las que muy pocas personas se atrevían a hablar en público en ese entonces, como el uso de anticonceptivos. El manuscrito que se reproduce a continuación, que data de1970, resume algunas de las investigaciones de la fecundidad de Costa Rica que Miguel, a veces con la ayuda de sus estudiantes, efectuó en esa época. Lo presentó en el Quinto Seminario Nacional de Demografía que se llevó a cabo en ese año en el Centro de Recreación de la Universidad de Costa Rica. Miguel es un investigador extremadamente cuidadoso que por exagerado pudor dejó sin publicar mucho material de su trabajo de esa época. Este manuscrito es casi una excepción y es una suerte que haya visto la luz pública en un volumen (difícil de conseguir en la actualidad) con los trabajos presentados en dicho Seminario. La Revista Población y Salud en Mesoamérica rescata este trabajo considerándolo visita obligada para investigadores que traten de entender una de las revoluciones más importantes ocurridas en Costa Rica en la segunda mitad del Siglo XX: la revolución silenciosa en patrones reproductivos existentes desde siempre y que estaban apuntalados por normas religiosas, culturales y sociales que parecían en su momento inamovibles. El artículo tiene el mérito de ser el primer estudio serio que mostró que la natalidad en Costa Rica estaba cayendo en picada. Lo hizo en tiempos en que tirios y troyanos creían que una caída de esa magnitud no era posible en un país poco desarrollado y supuestamente muy católico como Costa Rica. La cuidadosa evaluación de las estadísticas de nacimientos del país incluida en la primera parte del artículo –referencia obligada desde entonces para todos quienes usamos estas estadísticas– le permite al autor hacer a un lado las objeciones de que la revolución reproductiva en curso era un espejismo de estadísticas falaces. Hace 40 años no era fácil hablar en público de métodos anticonceptivos o de la planificación familiar y menos en una universidad con fuertes sesgos ideológicos que veía estos asuntos como una conspiración del imperialismo yanqui. Esto se nota en el modo algo reticente en que Miguel aborda este tema en el artículo. Pero lo hace de manera sobria y con respaldo científico de datos, demostrando que la caída de la natalidad se debía a que entre las mujeres costarricenses se estaba difundiendo rápidamente el uso de anticonceptivos: estaban teniendo relaciones sexuales parafines distintos que la procreación, es decir de manera pecaminosa y en abierta desobediencia de las enseñanzas de la iglesia católica! Y aunque la anticoncepción –eufemísticamente rebautizada como “planificación familiar” primero y “salud reproductiva” más tarde – había recibido el espaldarazo del gobierno uno o dos años antes, el artículo muestra que el proceso se inició con anterioridad y de forma casi espontánea en la esfera privada con el apoyo de farmacias comerciales y médicos particulares exclusivamente. Hoy no nos parece extraordinario que las parejas costarricenses tengan solo dos hijos en promedio ni escribir o investigar sobre la salud reproductiva o la utilización de anticonceptivos. Pero hace 40 años la situación era muy distinta y el estudio de Miguel que se reproduce a continuación fue en verdad pionero. Luis Rosero Bixby San José, Junio 2009

© 2024 Universidad de Costa Rica - Centro Centroamericano de Población