El estado del tiempo

Autor: Montero, María
Año de publicación
2008
Resumen
Para llegar a la casa donde vive Panchita , en las inmediaciones de Mansión, en Guanacaste, hay que cruzar primero una espantosa sensación de ambigüedad, como ocurre con la mayoría de direcciones a la tica. “Después de la curva a la derecha”. “Se mete cuando termina la bajada”. “Calcule unos 2 kilómetros”. En aquellas remotidades, donde uno se encuentra a un ser humano cada muerte de obispo, las señales de tránsito son la especie más amenazada y la única que pone en riesgo el equilibrio del ecosistema turístico. Sin embargo, con Panchita la cosa es algo distinta, porque en la zona todo el mundo sabe quién es ella. A sus 101 años, Panchita podría ser el punto de referencia para dar todas las direcciones de la Península de Nicoya. Por fortuna, la idiosincracia tica es implacable y cubre todo el territorio, así que aunque Panchita se mudó –la mudaron– hace poco más de un mes y aunque no haya señalización adecuada para llegar hasta la nueva casa donde vive, los lugareños saben que tampoco hay forma de no llegar. Eso sería imposible.
Publicador
La Nación, PROA, Domingo 24 de agosto de 2008
Documentación restringida
Sí
Tipo de publicación
Nota de Prensa
Descriptores
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